Tras los sucesos que han tenido lugar esta última semana hemos realizado un balance sobre lo que ha ocurrido en los últimos años para intentar dar con la clave de cuáles han podido ser las causas de estos hechos tan desafortunados para EEUU y el resto del mundo.
Hace tan solo un año empezaron a notarse los síntomas de una economía en peligro, pero no se esperaba llegar a la situación que tenemos actualmente.
Los ingresos de la población dejaron de permitir seguir aumentando el consumo, los almacenes se llenaron de mercancías que no podían ser vendidas y actualmente siguen paradas, y además aumentaron los despidos. Aún así la bolsa ha seguido creciendo.
Parece que esta guerra ha creado, a largo plazo, una destrucción económica de grandes dimensiones, sin precedentes en etapas anteriores. Puede ser la gran causa de la situación que está atravesando esta semana Estados Unidos. Por tanto, la victoria de la guerra trajo consigo una prosperidad parcial, con bonanzas durante un tiempo y un actual desequilibrio que puede salir muy caro al país y por tanto, al resto del mundo.
ANTECENTES

Comprendamos las razones históricas para este desastre

La Primera Guerra Mundial finalizó hace tan solo 11 años y fue una victoria para EEUU que finalmente ha podido ser la que ha desembocado la situación actual. Situó a los Estados Unidos de América en una posición privilegiada frente al resto del mundo convirtiéndolo en el gran proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales. Hubo un increíble crecimiento industrial, sin embargo no fue así en cuanto al sector agrícola. No hubo un crecimiento paralelo; los precios agrícolas eran muy inferiores a los industriales, por lo que muchos campesinos vendieron sus tierras a bajo precio y se trasladaron a las ciudades. Eran tiempos felices para Estados Unidos. Había un alto consumismo, y se le consideraba como la tierra prometida, con una sociedad rica y opulenta.
Debido a este clima de confianza, gran parte de la población compró acciones de las empresas industriales. Wall Street se alzaba como el centro de la economía mundial al que llegaban capitales de todos los rincones del mundo.
Todos los países no estaban en una situación de bonanza económica como la de EEUU, y por tanto, este país no podía colocar toda su producción industrial.
Por esta causa, crecieron los stocks, y cayeron los precios de los productos acumulados.
La compra de acciones creció un 90 %. La especulación financiera hacía ganar dinero rápidamente y las acciones estaban sobrevaloradas. La gente pedía créditos a los bancos para comprar en bolsa, puesto que los beneficios pagaban fácilmente los intereses bancarios. En ese momento se dependía de la especulación.
Debido a la guerra, Europa quedó desplazada y relegada a segundo plano. El continente europeo sufrió grandes destrozos en la guerra, y se endeudó seriamente con Estados Unidos, que no sufrió consecuencias en su territorio.
Además tuvo lugar un descenso comercial, lo cual propició que aparecieran nuevos estados con nuevas fronteras que también supusieron un retroceso para el comercio y los intercambios.
Tras la guerra también tuvo lugar una crisis del sistema monetario y su correspondiente inflación. El dinero que podía emitir un país debía estar en relación a las reservas de oro que tenía, de forma que todo billete pudiese ser transformado en oro. Esto trajo consigo el aumento de la inflación. Finalizada la guerra el problema persistió, ya que había que hacer frente a la reconstrucción y además pagar los créditos de la guerra, recurriendo de nuevo a la emisión de más moneda. Esto generó hiperinflación o inflación galopante que especialmente hizo daño a Alemania, en la que los precios llegaron a triplicarse. Esta situación, debilitó este sistema del patrón-oro, arruinó a muchos pequeños ahorradores que vieron cómo lo que tenían ahorrado perdía valor. También perjudicó a los asalariados, al ver como con sus salarios cada vez podían adquirir menos productos.
Además apareció el fenómeno del desempleo, antes casi desconocido. Fue un fenómeno masivo y persistente. El paro aumentó de forma considerable al regresar los soldados de la guerra a sus antiguos empleos, que habían estado ocupados por sus mujeres. Este problema se agravó al no existir un sistema de previsión social, por lo que no contaban con ningún tipo de apoyo económico que les ayudara a sobrevivir hasta encontrar trabajo.
Además se produjo sobreproducción, se producía más de lo que se vendía. Esto ocurrió debido a la inflación y los bajos salarios; las barreras arancelarias que impedían los intercambios de productos.
La sobreproducción generó una disminución de los precios agrícolas y ganaderos, que seguimos viendo actualmente. Además se subvencionó la destrucción de cosechas o la compra de la producción agrícola por parte del Estado para no venderlo.