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VIERNES
OCTUBRE
25
Al día siguiente, sin embargo, aquello parecía una conspiración. El Sistema Federal de la Reserva, los cinco bancos más importantes, las firmas de agentes y pequeños inversores, funcionarios del Departamento del Tesoro, todos insistían en que la salud del mercado era buena, que nada había pasado. Hasta el propio presidente Hoover se comprometió: «La base fundamental del país, es decir, la producción y la distribución de mercancías, se encuentra en un estado sólido y próspero.»
Las fuerzas se apaciguaron, la tranquilidad volvió al mercado y los precios incluso se recuperaron. Pero solo durante el fin de semana.
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