Testimonios anónimos
Un testigo y un cartero nos cuentan sus impresiones
“En cientos de oficina a lo largo del país, se veía hombre que contemplan la derrota cara a cara. Uno caminaba lentamente de un lado a otro, rasgaba un trozo de papel en fragmentos cada vez mas pequeños otro sonreía avergonzado, como un chiquillo que sonríe ante un funeral (…) Y oro se encontraba sentado inmóvil , como aturdido, con la vista fija en las cifras que se movían en la pantalla, cifras de aspecto inocente que representaban la quiebra de las esperanzas de muchos años ..”
Homer Dowdy, cartero, repartía telegramas en Flint, ciudad con muchas fábricas de producción de automóviles, donde los trabajadores de estas fábricas habían invertido en acciones de General Motors. “ Vi un hombre gimiendo como locos, diciente que ojala no se hubieran inventado nunca el automóvil. Estaban arruinados”